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Desde muy tempranos tiempos, muchas culturas humanas, incluida la nuestra, han estado ligadas a las aves rapaces. Como encarnaciones de dioses y objetos de culto, encontramos representaciones de aves de presa desde las esculturas neolíticas de diversos asentamientos, hasta los frescos del antiguo Egipto. Con una antig�edad de 3300 a�os aparecen ya las primeras manifestaciones constatables de aves de cetrería en el arte hitita.

Relieve hitita, siglo XIII a.C.
Ruinas de Bogazkab
Desde entonces la evolución y práctica de esta vieja cultura cinegética ha originado la aparición de los primeros tratados de veterinaria, etología e incluso de conservación de la mano de grandes cetreros de la antig�edad, plasmando su sabiduría basada en el trabajo y convivencia cotidiana con gran diversidad de especies de rapaces.
Miniatura del Cancionero Manese
(1268)
Tratados como los de Ctesias (médico del rey Atexeides II de Persia en el 416 a. C.), los árabes Kitab Manafi Al Tair o el Kitab Al Hayawan de Al Jahiz (869), Federico II (1244-1250), o los multiples compendios que aparecen a lo largo del medievo espa�ol durante la llamada edad de oro de nuestra cetrería, como los de El Príncipe D. Juan Manuel, el Canciller Pero López de Ayala, Fadrique Zú�iga y Sotomayor, o Juan Vallés entre otros, configuran la arcaica y sutil sabiduría desarrollada por el hombre en su relación con las aves de presa.


En nuestros tiempos actuales en los que el hombre ha extendido su influencia hasta los rincones mas recónditos de nuestro planeta, las interacciones con las poblaciones silvestres de aves de presa se han multiplicado. En algunas ocasiones con carácter beneficioso para unas pocas especies, como los cernícalos vulgares que proliferan en las llanuras cerealistas de nuestra meseta o las lechuzas comunes tan abundantes en ambientes rurales e incluso urbanos de la Península. Sin embargo, en la mayoría de los casos, la alteración de los hábitats que implica la expansión humana incontrolada, ha conllevado serios perjuicios para las especies de animales silvestres en general y de aves de presa en particular.

Retrato al �leo de Felipe el Hermoso (1478-1506), rey de Flandes y de Castilla, padre del Emperador Carlos V, con su gavil�n favorito al pu�o. Escuela alemana del siglo XVI. Maison de la Chasse et de la Nature, H�tel Gu�n�gaud, Paris.
Se intensifican en pocas décadas por todo el mundo diversas iniciativas en materia de conservación y recuperación de las rapaces. Actualmente van cobrando cada vez mas fuerza los criterios de desarrollo y uso sostenible. Esta filosofía conservacionista en material de aves de presa se manifiesta por primera de la mano de los cetreros. Leyes promulgadas en el medievo espa�ol para la severa regulación del uso de los halcones silvestres o las reflexiones de Fradrique Zú�iga en el siglo XVI expresando interesantes y evolucionados criterios de gestión basados en el usos sostenible de las poblaciones de azores en determinadas areas son un interesante ejemplo.

Los cetreros del medievo son también los primeros veterinarios y etólogos de rapaces que además plasman sus conocimientos por escrito. Desde entonces el trabajo de los cetreros ha permitido el desarrollo de sofisticadas técnicas de manejo, contención, reproducción doméstica, rehabilitación y reintroducción en el medio natural de rapaces. Los programas más importantes en estas materias a nivel mundial son y han sido desarrollados de la manos de cetreros y organizaciones cetreras. En esta línea podemos destacar la valiosa labor desarrollada por pioneros como Tom Cade del Peregrin Fund y Patrick Redig del Raptor Center en los Estados Unidos, o Nick Fox del Reino Unido por mencionar sólo algunos ejemplos.



Adjuntamos a continuación un histórico y valioso documento escrito en forma de artículo que el doctor Tom J. Cade escribió específicamente para nuestro anuario de 1997 siendo posteriormente traducido y autorizada su publicación en otras revistas científicas y cetreras como el NAFA journal.



El papel de la Cetrería en conservación.
Tom Cade.

Cetrero y presidente de la sección de Aves de la IUCN/SSC, Grupo de Especialistas en Reintroducción.


INTRODUCCIÓN

Es un honor contar en nuestras paginas con un articulo del Dr.Cade especialmente escrito para este Anuario. Se trata de una de las más importantes figuras de la cetrería y de la conservación de las aves de presa en el mundo, sino la más importante.
Su curriculum es impresionante. Cetrero desde los nueve a�os, (contaba con 68 en el momento en el que escribió el artículo) es Doctor en Zoología por la Universidad de California, con una tesis sobre la ecología de los halcones peregrinos y gerifaltes en Alaska. Profesor y Catedrático de las Universidades americanas de Syracusa, Cornell, y Boise y fundador y alma mater del Peregrine Fund en 1970. Esta Fundación tiene como actividad el estudio y conservación de las rapaces en todo el mundo.
Sus trabajos se han desarrollado en América del Norte, américa del Sur, Kenia, Madagascar, Islas Mauricio, Hawai, Groenlandia y en otros lugares a menor escala. En EE. UU. el Peregrine Fund, bajo la dirección del Dr. Cade, ha liderado desde 1970 hasta la actualidad el esfuerzo de recuperación del halcón peregrino, a traves de la cría a en cautividad y la reintroducción posterior en el medio natural. Se han soltado en Norte américa más de 6.000 halcones peregrinos en estos últimos 25 a�os.
La intervención de los cetreros en este proyecto ha sido clave, no solo por la utilización de las técnicas cetreras, sino también por su implicación personal en los puestos de mayor responsabilidad del programa.
Por ello, en el verano de 1995, el Secretario de Estado de Interior americano, al anunciar públicamente el inicio del proceso de retirada, del halcón peregrino de la lista de especies en peligro, quiso contar con la presencia física del Dr. Cade. En la declaración oficial se reconoce expresamente el papel clave desarrollado por los cetreros para el éxito de la operación.


En la actualidad, el Dr. Cade es Presidente de la sección de Aves de la IUCN/SSC, Grupo de Especialistas en reintroducción, y vuela en su tiempo libre gerifaltes al Sage Grouse. Nadie mejor que él, por tanto, para ilustrarnos sobre la intervención de los cetreros en la conservación, de la que todos nos podemos sentir orgullosos. El Doctro cade es además presidente del comité de expertos asesores del proyecto Adalberti de Aecca para la conservación de las águilas imperial ibérica y perdicera.
Por ultimo, hacer notar el reconocimiento y aprecio, expresados en su artículo, que el Doctor Cade siente hacia la figura de nuestro recordado Félix Rodríguez de la Fuente, con quien tenía un trato personal.



Papel de la cetrería en la conservaci�n.

Históricamente la cetería ha jugado un papel principal en la protección y conservación de las aves de presa utilizadas en ese deporte. Durante la Edad Media se infringían duros castigos a quienes mataban rapaces o trampeaban sin la autorización pertinente. En aquel periodo la gente veneraba a las aves de presa como bienes de gran valor y estima.
Esta actitud favorable duro de forma generalizada en Europa hasta el comienzo del siglo XVIII, cuando el interés por la cetrería declinó y la caza con armas de fuego la reemplazó en gran medida, a lo que se unió la intensiva labor de guardería en grandes fincas mantenidas como cotos para la Caza de aves. Las rapaces pronto comenzaron a ser vistas como "alima�as" y perseguidas debidamente por guardas, cazadores, colombófilos, cazarecompensas, y otras clases de cazadores "fáciles de gatillo". Desde el siglo XVIII hasta mediados del siglo XX, la persecución humana causó la muerte de muchos cientos de miles de rapaces, y la perdida de sus pollos y huevos, tanto en Europa como en Norteamérica, donde los "chicken hawks" (pollos de rapaces) fueron objeto de un gran desprecio, disparándoles, envenenándoles y trampeándoles en cuanto había ocasión. El tiro a las rapaces "por deporte" también llegó a ser un gran pasatiempo en lugares donde se concentran las migraciones, por ejemplo en la región mediterránea y en diversos lugares notorios en Norteamérica como Hawk Mountain (Pensilvania), Cape May Point (Nueva Jersey) y Point Pelee (Ontario).
Incluso durante estos malos tiempos, los pocos cetreros que quedaban hicieron lo que pudieron para proteger la vida de las aves de presa. Siempre estaban peleados con los guardas de cotos y los colombófilos, que mostraban una especial enemistad hacia el Peregrino, y con los coleccionistas de huevos que daban un valor muy alto a los huevos de los halcones y otras rapaces. Los cetreros europeos en ocasiones legaban a pagar a los guardas por peregrinos, esmerejones, azores, gavilanes que de otra manera hubieran matado, pero el número de aves salvadas de esta manera era una cifra insigificante del número que los guardas mataban cada a�o.
Un truco que los primeros cetreros americanos de los a�os veinte y treinta de este siglo inventaron para desbaratar los planes de los coleccionistas de huevos era escalar a los nidos antes que los coleccionistas y pintar los huevos con tinta de manera que no tuvieran valor para el coleccionistas. El único problema era que los colecionistas de huevos sabían que si quitaban los huevos, los halcones harían otra puesta limpia.

Hembra de un gavil�n estampada contra una valla


Con el rejuvenecimiento de la cetrería en los a�os veinte y treinta, pero especialmente a partir de la Segunda Gerra Mundial, los cetreros han adoptado estrategias más efectivas para promover la conservación de las rapaces. Estas actividades incluyen:

•(l) Educación pública sobre las rapaces y su papel en la naturaleza.
•(2) Promoción de leyes y planes de protección de las rapaces.
•(3) Investigación científica básica relevante para la conservación.
•(4) Cría en cautividad, reintroducción y otras prácticas de gestión de rapaces silvestres y,
•(5) Desarrollo de procedimientos veterinarios en beneficio de la salud y rehabilitación de las rapaces.

Muchos cetreros han estado ligados durante a�os a la educación publica y a la defensa de valores intrínsecos de las rapaces como sujetos de veneración estética y como agentes biológicos esenciales en la red de interacciones que componen los ecosistemas funcionales. La primera prioridad debe situarse en convencer al resto de la gente para que termine la persecución caprichosa de rapaces, parar la caza, el trampeo, y el envenenamiento indiscriminados, que eran actividades tan extendidas entre agricultores, ganaderos, cazadores e incluso agentes gubernamentales de control de predadores. Conferencias, demostraciones públicas con rapaces adiestradas, artículos en revistas y periódicos populares, y películas fueron las herramientsa principales utilizadas para conseguir estos objetivos desde los a�os treinta hasta el presente.

Si bien las contribuciones de numerosos cetreros son loables a este respecto, los esfuerzos de dos hombres sobresalen como especialmente influyentes. En Europa, el trabajo del cetrero espa�ol, Félix Rodríguez de la Fuente, tuvo una influencia profunda y duradera en el cambio de actitudes de los hombres del campo y de otros muchos en torno al valor de las rapaces. En Norteamérica, Morlan W. Nelson, un cetrero de Idaho, ha influenciado probablemente en más gente que ninguna otra persona para que terminase la persecución de las aves de presa, particularmente en el Oeste delos EE.UU.
También fue un templo y acérrimo partidario de la protección de espacios naturales esenciales para las raíces, y principal promotor del establecimiento del Area Nacional de Conservación de Aves de Presa de Snake River de 280.000 acres en tierras publicas en el Sur de Idaho.

No es casualidad que ambos personajes en los últimos a�os de sus carreras se pasaran a los documentales como el medio principal para promover la conservación de rapaces. Los programas de la televisión espa�ola de "El Amigo de los Animales" obtuvieron los mejores índices de audiencia para los programas de producción nacional, hasta su trágica muerte en 1980 en un accidente de avioneta durante la filmación de una carrera de trineos con perros en Alaska ("murió como un halcón picando"). El trabajo de Nelson con las rapaces apareció en diversos documentales de Naturaleza de Walt Disney y su compa�ía, Tundra Films , que fundó con sus hijos y su hija, también ha producido documentales premiados sobre la conservación de rapaces.

En los Estados Unidos los cetreros han estado activamente implicados en colaborar en el establecimiento de leyes proteccionistas para las aves de presa tanto a nivel estatal como federal, así como para asegurar el reconocimiento legal de su deporte. Uno de los primeros ejemplos tuvo lugar en California en los primeros a�os cincuenta, cuando cetreros de la Southem California Falconers Association aunaron fuerzas con biólogos y los gestores medioambientales del estado para reforzar la protección legal de diversas especies, incluyendo el halcón peregrino.

Varios cetreros y organizaciones cetreras presentaron un importante testimonio ante la comisión del Congreso de EE.UU. que tuvo como resultado la introducción de todas las aves de presa bajo la Ley Federal del Tratado de Aves Migratorias en 1972, Fue un grupo de cetreros biólogos quienes pidieron en 1970 al Secretario de Interior de EE.UU y a sus colegas de Canadá y Méjico que declaran a las subespecies de halcón perergrino como especie en peligro en Norte América, una acción que tuvo como resultado en la inclusión de la subespecie tundrius en la lista de especies en peligro de extinción.

En Gran Breta�a, el Departamento de Medio Ambiente tiene un comité Asesor de Cetrería que, en parte, asesora sobre normas y regulaciones relativas a la protección y gestión de las rapaces. Acuerdos similares existen en otros paises.

Un determinado número de halconeros con formación académica como biólogos profesionales han producido un trabajo de investigación científica básica relevante para la conservación. En Europa uno piensa en los esfuerzos pioneros del Dr. Helnz Brull en Alemania, y en Norteamérica en los Doctores John y Frank Craighead, que fueron los pioneros en introducir un análisis del ciclo anual completo de toda una comunidad ecológica de rapaces. Aunque nunca fue cetrero prácticamente, incluso el nombre de la autoridad rusa, Profesor Georgy Demwtiev, debe incluirse en esta lista ya que tenia un insaciable interés por la historia y el significado cultural de la cetrería. Otros nombres de los tiempos pioneros en américa son los Doctores Richard M. Bound (comportamiento y ecología) Walter R. Spofford (anatomía, sistemática y ecología) y Robert M. Stabler (parasitología).

Ha habido otros muchos en a�os recientes tanto en Europa como en Norte América. En particular ha sido notable el papel de los cetreros al ayudar a describir el declive de la población del halcón peregrino en Europa y Norte América y a identificar sus causas. Sus conclusiones han sido recogidas en dos libro: Perergrine Falcon Population, their Biologi and Decline (editado por. J.J. Hickey 1969) y Peregrine Falcon Poppulation, their Management and Recovery, (por T. J. Cade et all. 1988).

No se debe olvidar tampoco que el espíritu de investigación científica, tan importante entre los cetreros, se remonta al Emperador Federico - II de Hohenstaufen (1194-1250) que fue a la vez el más grande halconero de la Edad Media y la primera persona que escribió sobre las aves con objetividad moderna y científica.

Federico II de Hohenstauffen. Arte venandi cum avibus, manuscrito de 1247. Miniatura que muestra al halconero pulverizando agua al halc�n para que se calme en un descanso del trabajo con el roedero. Biblioteca Nacional. Paris

Quizás la contribución más significativa que han hecho los cetreros a la conservación lo ha sido en el campo de la cría en cautividad, reintroducción y otras técnicas de gestión para la restauración de especies en la Naturaleza. Los cetreros fueron pioneros de la cría en cautividad de halcones y otras rapaces, y los principales criadores de la actualidad son cetreros. La reducción catastrófica en el número de Peregrinos silvestres fue la primordial motivación para éste esfuerzo.

Cuando comenzó la cría de forma sostenida a finales de los sesenta se habían criado con éxito menos de dos docenas de diversas especies de rapaces, pero en 1984 el número había alcanzado mas de 80 especies, y en el presente son mas de 9O especies, aproximadamente un tercio de todos los Falconiformes. Se han producido mas de 6000 halcones peregrinos que se han reintroducido en la naturaleza solamente en Norte América, y en todo el mundo se estima que actualmente se están produciendo cada a�o cerca de 4.000 halcones y otras rapaces cazadora en la mayoría para su uso en cetrería. De esta forma, la cría en cautividad de rapaces ha ayudado a la conservación en dos líneas:

•(1) Suministrando aves para ser utilizados en la restauración de hábitats vacantes (reintroducción per se) y para reforzar las poblaciones silvestres disminuidas (al menos existen 15 templos en todo el mundo de restablecimiento exitosos) y,
•(2) Suministrando una fuente domestica de aves de presa para la cetrería, y de este modo reduciendo la demanda de aves silvestres para su propósito. Menos conocidas han sido las contribuciones de cetreros a la técnicas de reintroducción y otros métodos de gestión de rapaces en el medio natural. Crianza campestre para reintroducción, métodos de trampeo, procedimientos de manejo para controlar y atender pájaros capturadosdos, y otras técnicas que se han adaptado de la practica cetrera y son actualmente utilizadas rutinariamente por muchos biólogos de vida silvestre y profesionales clínicos.

Herr Joachim Boll, cetrero y criador miembro de la DFO, ajustando una jaula de hacking para la emancipaci�n de los j�venes peregrinos en la primavera de 1987.
Finalmente, del mismo modo que ha sido un deporte atractivo para los biólogos, la cetrería también ha ando a unos cuantos veterinarios, algunos de los cuales han hecho importantes contribuciones para desarrollar nuevas técnicas y mejorar las existentes en el tratamiento de enfermedades y en aras a la salud de las rapaces en general y a su bienestar, así como para la rehabilitación de aves silvestres enfermas o heridas, de manera que puedan ser devueltas a la naturaleza. A uno se le viene a la cabeza el importante trabajo llevado a cabo en el Centro de Rapaces de la Universidad de Minnesota, donde muchas Aguilas Calvas y otras rapaces de especial valor se rehabilitan anualmente bajo la supervisión general del Doctor Pat Redig, o en lugares tan lejanos como Dubai y Abu Dhabi, donde dos veterinarios americanos, los Doctores David Remple y Ken Riddle dirigen hospitales específicos de halcones donde se atiende la salud de varios miles de halcones cazadores que reciben tratamiento en sus instalaciones cada a�o. Como resultado, el bienestar general de los halcones de cetrería en los Emiratos Arabes Unidos se ha mejorado en gran medida. Halconeros/Veterinaios británicos y alemanes han realizado también un importante trabajo para la conservación de las rapaces.


Los cetreros americanos nos mostramos continuamente sorprendidos al saber que en Europa, donde este deporte había tenido un desarrollo histórico tan desatado y tanta tradición, los cetreros contemporáneos gozan a menudo de menos consideración que en Norte América, donde la cetrería apareción casi de nuevo después de la Primera Guerra Mundial.

En principio, los cetreros son un grupo de deportistas articulado y extremadamente bien informado, que son aliados naturales de los conservacionistas. Es difícil entender la reserva que los conservacionistas y ornitólogos espresan hacia los halconeros en Europa, pero su causa principal es que la gente no sabe distinguir entre los halconeros/naturalistas legítimos y una peque�a chusma de bandidos que están ligados al tráfico y otra actividades ilegales. A pesar de los furtivos, contrabandistas, y otros indeseables que hogazanean en los márgenes de la cetrería legítima, los verdaderos cetreros pueden estar orgullosos de sus contribuciones a la conservación de las aves de presa y no necesitan pedir disculpas a nadie por el uso que hacen de las aves en su deporte.

Desde ahora los cetreros van a tener que estar tan preocupados por la conservación de las especies como lo han estado tradicionalmente por la de las rapaces. No es bueno salvar al halcón peregrino sólo para reemplazarlo en la lista de especies en peligro por el Sage Grouse u otras especies de caza. Cada vez más esta preocupación por las presas dependerá de persuadir a la opinión pública de la absoluta necesidad de preservar y mantener los hábitats naturales en los que tanto las presas como las rapaces dependen de su continuada existencia.

Mucho después de que las restricciones medioambientales y las actitudes públicas se conjuren para terminar con la caza con armas de fuego, pronostico que los cetreros todavía podrán salir al campo con sus halcones y perros para perseguir la presa y buscar su comunión especial con la naturaleza. Estoy seguro que el gran filósofo cazador José Ortega y Gasset, sonreiría con aprobación y satisfación al ver que su tradición sobrevive de esa forma.